Hace un tiempo,
que quería compartir con ustedes una experiencia que viví y que me resultaba
angustiante, doloroso, quería hacer de cuenta que nada de eso había pasado. Con
el tiempo me di cuenta que hablarlo y compartirlo era asumir y aprender lo que había
vivido, y quizás mi experiencia le podría servir a alguien para ayudarlo.
Cuando me entere
que estaba embarazada de mi primera hija me convertí en el decálogo de la embarazada
primeriza de pies a cabeza.
Tenía todos los
síntomas, TODOS, me la pasaba googleando cuanto artículo de maternidad aparecía,
pensaba que debía nutrirme de toda información que se refiriese a la
maternidad, para estar preparada para el nacimiento.
Hoy en dia debo confesar
que me sirvió muchísimo, pero cuando Juana nació, me di cuenta que la mejor
escuela era ella.
Nacio un dia de
primavera y una vez que nos dieron el alta del sanatorio volvimos a casa los
tres felices de comenzar este nuevo
camino juntos.
Desde que la
sentí en mi pecho los primeros segundos de vida me di cuenta que ese era el
mejor lugar donde debia estar los próximos meses, pero todos los integrantes de
la familia se turnaban para decirme.. ….” Dejala en la cuna”…”tiene que dormir sola”….”la estas malcriando” y no
se cuántas cosas mas…. Sin embargo mi corazón decía que tenía que estar con
ella, cerca…después de estar tan contenida y confortable en mi panza como la
voy a dejar dormir sola en su cuna?
El mandato
familiar hace lo suyo, en ese momento todas las madres que en ese momento
estrenaban el “abuelazgo” revivían sus momentos de maternidad…. En mi época él
bebe debía dormir boca abajo, hoy es boca arriba, en fin después de un mes y
medio de escuchar y cargarme con la conciencia pensando… estaré haciendo las cosas
bien?? Estaré generándole algún mal mal???
La vida me respondió sola… una mañana tuve que salir a una reunión y
cuando volví le di el pecho y la hice dormir en su cuna, boca arriba, sin
almohadas ni juguetes como se “debe”.
Ese día no era
uno mas, sentí la necesidad de estar cerca… por eso me lleve la computadora a
la cama y trabaje al lado de ella.
Pasadas algunas horas y viendo que no se despertaba, me quede
al lado mirándola, hablándole, para que se despertara ya era tiempo de volver a
darle el pecho.
Ni bien abrió los
ojos, vi que no respiraba, en un segundo se puso fucsia luego azul, todo paso
en un segundo, la levante, le grite a mi esposo que estaba en otra habitación
que llamara a la ambulancia que Juana no respiraba que se estaba ahogando…. Me
paralice, llore como nunca, le suplique que no me dejara…. En ese instante mi
esposo que ya había llamado a la ambulancia y la escuchaba de fondo llegar, me
pide que se la dé y fue su SER PADRE que lo llevo a hacer una maniobra
salvadora, aliviadora, mágica, Juana tosió y comenzó a llorar….. su cara volvía
de a poco a tomar su color rosadito, sus ojos volvieron a estar en su lugar.
Así vestida de
entrecasa, sin nada me me fui con mi beba en la ambulancia al Hospital Tornu,
me contuvieron como pudieron, yo no paraba de llorar… hasta que pude hablar con
Moni la pediatra de Juana, que con su sabiduría y amor me contuvo, por teléfono
me dijo…” Juanita tuvo un episodio de ALTE” un que??? No tenía idea de lo que
me estaba hablando, fue en ese momento donde me entere de lo que había
ocurrido.
ALTE sus siglas en
Ingles: Evento Aparente de Amenaza a la Vida.
Es aquel episodio
inesperado y brusco que alarma al observador y representa para éste una
situación de muerte inminente o real. Ocurre habitualmente en niños menores de
un año y se caracteriza por la combinación de algunos de los siguientes signos:
• Pausa respiratoria, ahogo o arcada;
• Cambio de color (cianosis, palidez o
rubicundez);
• Alteraciones en el tono muscular.
Luego de algunas
horas por la obra social que tenemos, fuimos derivadas a la terapia intensiva
del Sanatorio Fleni, y luego de una semana de millones de estudios para
descartar reflujos, problemas neuronales, cardiacos, apneas volvimos a casa.
Lo primero que
hice al llegar fue desarmar su cuna, y decidí que a partir de ese día Juana
dormiría con nosotros en la cama, reafirmando la teoría del colecho al 100%
Con el tiempo,
cuando la angustia, el llanto y el miedo se diluyeron pudimos aprender
muchísimo de esta experiencia que vivimos, Juana está a punto de cumplir sus
dos años y es una niña increíble, baila, canta es simplemente feliz.
Agradezco a Dios
que me dejo estar en ese momento para encontrarla, agradezco eternamente a mi
marido que tuvo la lucidez de salvarla, a todos los médicos y enfermeras que
nos contuvieron, a la familia entera que nos acompañó cada segundo, a Jorge el
sacerdote familiar y a Moni nuestra pediatra.
En este tiempo de
hombre y mujeres apurados, estresados, violentos debemos darle batalla para que
el mundo sea un lugar de paz para los niños, desde lo principal, la familia.
COLECHEMOS, DEMOS
EL PECHO LO MAS QUE PODAMOS, CONECTEMOSNOS CON ESOS PRIMEROS AÑOS DE VIDA QUE
SON FUNDAMENTALES, NUESTROS HIJOS NOS LO VAN A AGRADECER EN EL FUTURO.
Nechi
Esta es mi experiencia personal, de ninguna manera debe ser tomada como un diagnóstico, ante cualquier duda consulten a los profesionales de la salud que tanto nos cuidan y acompañan en esta mágica tarea de ser padres.